Como ya es tradición durante el segundo y el tercer fin de semana de abril se lleva a cabo el Festival de Música y Artes de Coachella Valley, reconocido como un evento social de gran magnitud que tiene lugar en Indio California.

El festival conglomera cantantes y bandas representativas de rock, hip hop y electrónica. Los asistentes además de disfrutar de una cantidad considerable de conciertos tienen la posibilidad de  degustar variedad de comidas, concurrir a  fiestas alternas  patrocinadas por  marcas de renombre, interactuar con personas de diferentes culturas  y fotografiarse con personajes reconocidos del mundo del espectáculo y de las redes sociales.

Coachella con su característico ambiente retro y marcado acento snobista,  anualmente se constituye en una vitrina mundial  que hace visible ciertas  tendencias en materia de música y moda, a su vez, incrementa la popularidad y el status de marcas e influencers participantes.

Coachella hace remembranza al boom de los festivales propios de los años 60 y 70, de ahí la estética general del festival. Los looks de los asistentes suelen estar inspirados en la moda de esas décadas articulados con elementos contemporáneos.

Así Coachella se constituye en una gran pasarela que marca la pauta  de aquello que se llevará en el verano. En el 2018 abundaron los corpiños en encaje, los top de ganchillo, los mini vestidos, las mangas acampanadas, los kimonos de texturas fluidas, los básicos en denim, los estampados florales, los accesorios en metales dorados y plateados, los conjuntos de cadenas  de fino grosor que rodean la parte del escote a diferentes alturas, los anillos en tres dedos de la misma mano, los peinados semi recogidos y desestructurados, el makeup con destellos de brillo y una que otra gema, los infaltables anteojos de múltiples  formas y colores, los bolsos pequeños de asa larga y los bolsos tipo cinturón.

A su vez Coachella, considerado, como el papá de los festivales masivos, representa una tendencia que se viene gestando y que cada vez toma más fuerza, se trata de los festivales que se llevan a cabo a nivel local, pensados como una estrategia de marketing de las marcas, cuyo propósito es reposicionar su imagen y sus productos fortaleciendo el vínculo con sus consumidores, en la medida  que les permite hacer parte de un evento exclusivo y ‘cool’ en donde se concentran varios de sus intereses.

No es de extrañar que en breve se utilice la figura de los festivales como un evento organizado a nombre de un influencer en donde sus seguidores tengan la oportunidad de conocerlo, compartir en torno a la la música, la comida y la moda, todo esto bajo el auspicio de reconocidas marcas.

La invitación es a que observemos estas tendencias de manera desprevenida, ya que ellas aportan abundante información acerca del ritmo cultural que marca nuestra época.