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Autoestima de la Moda


TU PODER

TU PODER

La palabra empoderar en sus diferentes versiones ronda a full en el universo Online, debido a que generadores de contenido la han convertido en abanderada de causas sociales, productos, marcas y hasta estilos de vida. Su boom es tal, que dejó de ser un tema trascendental y pasó a convertirse en una especie de muletilla, con lo cual muchos la utilizan de manera deliberada, desconociendo su trasfondo, su significado y su repercusión.

En virtud de lo anterior y considerando que es recurrente escuchar e, incluso, uno mismo a veces dice frases tipo: ¿Si tuvieras un poder cuál sería? ¡ojalá yo tuviera poderes! ‘Me gustaría tener el poder de ser invisible’ etc, etc. He querido dedicar este post al poder personal.

Para empezar, todos poseemos como mínimo un poder y ese poder es personal, surge en ti, se nutre de tu personalidad y se manifiesta a través de tu estilo de vida. El poder nos faculta para… nos identifica y nos concede privilegios.

El poder está en aquello que somos capaces de hacer y de generar ¡Y Sí! algunos estarán pensando que son capaces de hacer estragos y de generar conflicto ¡Bueno! Ocurre igual como en la ficción hay superhéroes que emplean sus poderes para hacer el bien y superhéroes que hacen el mal. En este caso, preferimos centrarnos en esos poderes que hacen bien.

Por ahí en este punto, a más de uno le cueste algo de trabajo identificar qué es capaz de hacer y de generar, esto obedece a dos cosas: por un lado, puede ser que nos desconozcamos, debido a que no hemos ahondado en la observación y en el autoconocimiento y, por otro lado, tal vez tendemos a subvalorar nuestras capacidades al punto de negarlas.

Para superar este trance, está bueno pedir de forma desprevenida a nuestros familiares, amigos, compañeros y cercarnos que nos digan una característica con la que nos relacionan. Una vez tengamos un listado de las cosas que somos capaces de hacer (según los otros) es preciso depurarlo y clasificarlo con base en los opuestos ¿Opuestos? ¡Sí, opuestos! Resulta que cuando sincronizamos dos características opuestas, ya no tenemos un poder, tenemos un súper poder.

En cuestiones de personalidad no somos puros, si lo pudiéramos decir en forma de colores, diríamos que no somos totalmente blancos o totalmente negros, diríamos que nos movemos en escala de grises. Entonces, en cada uno conviven características opuestas que en la medida que aprendemos a darles el protagonismo que se merecen, trascendemos y tenemos un poder más a nuestro favor.

La invitación es a que te observes con un propósito, el de hoy: identificar como mínimo uno de tus poderes.

 

Ilustración: @cuevas_paty

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