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Autoestima de la Moda


UN INFALTABLE

UN INFALTABLE

El post de hoy está dedicado a un accesorio multiusos, ubicado en la categoría de los textiles, suele ser de forma triangular, rectangular o cuadrada, se usa en el cuello, en la cabeza, en los hombros, en la cintura, e incluso, se lleva amarrado a carteras y mochilas. Está hecho de cachemir, seda, lana, algodón o poliéster y se conoce como bufanda, chalina, pashmina, chal, bandana, pañuelo, fular, entre muchos otros nombres que, seguro, se me escapan en este momento.

 De acuerdo con la bibliografía sobre historia de la moda, el uso de la ‘bufanda’ se remonta a la época de los griegos y de la antigua Roma, en donde se utilizaba a modo de paño y su propósito era secar el sudor; durante la Edad Media, fue un elemento de uso exclusivo de la nobleza y en tiempos modernos ha sobresalido, entre varias cosas, por cumplir con dos funciones utilitarias de carácter bipolar: por un lado, proteger del frío y, por el otro, proteger del sol. En la segunda década del siglo XXI, en occidente, no existen restricciones frente al uso del mencionado accesorio, contrario a esto, se reconoce como un complemento que según la gracia con la que se porte puede elevar cualquier outfit.

La bufanda, el pañuelo o la chalina  encierra un cierto misterio y, a su vez, le confiere un aire de distinción a la persona que lo luce, ya que según la forma en la que lo lleva puesto y la manera en la que lo combina con las demás prendas del look comunica la orientación que tiene su estilo a la hora de vestir; por ejemplo, un pañuelo de seda amarrado en el cuello con un fino nudo tipo francés puede darnos indicios de un estilo clásico preppy, ahora bien, si la persona lleva un fular de India, de silueta vertical se puede asociar a un estilo boho chic.

Del mismo modo una pashmina o una bandana de animal print, de flores tropicales, o de polka dots resulta ser el justo detalle que modifica ese outfit de colores neutros y prendas básicas, que nos hemos acostumbrado a llevar cuando no tenemos la menor idea de qué ponernos, ni de cómo vestirnos.

La invitación es a que recordemos que elegir la indumentaria que lucimos a diario se constituye en un acto creativo, que se alimenta de lo que somos y de lo que queremos comunicar, que no es necesario tener en nuestro placard todo lo que se exhibe en las tiendas y que se comercializa con la etiqueta de: ‘última temporada’, que los detalles hacen la diferencia y que, sin lugar a dudas, un infaltable del armario es ese accesorio que responde a múltiples nombres y que ha sido el protagonista de este post.

Photo by: Fernando Bravo

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