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Autoestima de la Moda


UN DÍA EN EL OTOÑO

UN DÍA EN EL OTOÑO

Observando los árboles cuyas hojas tostadas han dejado de ser verdes y empiezan a descender en un apacible vaivén, confirmo que la naturaleza es sabia y que de ella podemos extraer reflexiones valiosas que aportan a nuestro crecimiento y a la consolidación de nuestra imagen y estilo personal.

 El otoño es considerado como una estación de transición, que tiene lugar entre el verano y el invierno, es la estación del equilibrio y de la moderación. La brisa característica del otoño junto a los sonidos que genera se constituyen en un escenario dotado de gratas sensaciones y propicio para enaltecer la serenidad.

 En sentido figurado el otoño se relaciona, para algunos, con un estado de madurez, para otros, esta ligado a la vejez, de ahí que los colores que predominan en esta época del año tiendan a tener uno tono avejentado y seco. En el otoño las hojas se tornan amarillentas, rojizas y marrones, ellas inspiran los colores que son tendencia en los meses en los que reina esta estación.

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A su vez, la dinámica que acompaña al otoño se ve reflejada en los estilos de las prendas que, por lo general, tienen una sutil estructura que se funde de manera perfecta con la caída de sus cortes y la tímida calidez de sus texturas. El otoño invita a soltar y a dejar fluir, por ello el glamour del otoño reside en los detalles que permiten lucir un look fresco y natural.

 El ambiente del otoño promueve la observación y es apto para el autoanálisis, te sensibiliza y por medio de aproximaciones sucesivas te prepara para enfrentar el ‘invierno’, aspecto que se evidencia en los outfits propios de esta temporada: conforme avanza el otoño se hace inminente la necesidad de adherir de manera progresiva capas a nuestros atuendos.

 La invitación es a que más allá de si en el lugar donde vivimos tenemos o no estaciones, de vez en vez, cuando la temperatura de nuestra ciudad se torne diferente a la habitual y experimentemos ese punto medio en donde no hace frío ni calor, disfrutemos de esa grata sensación, permitamos que la brisa se lleve nuestras angustias, que el sonido que emana de ella nos llene de armonía, despejemos nuestra mente, y sintámonos aptos para gozar de plenitud y para crear un outfit diferente, así como los que se suelen llevar un día en el otoño.

 Fotos: Bosques de Palermo/BsAs.

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