“Cuando te permites lo que mereces, atraes lo que necesitas”

Este post está inspirado en una de las características distintivas de la generación “Y”: su acentuado sentido de merecer. Los millennials, entre muchas cosas, han sido reconocidos por su apertura al cambio, por su constante necesidad de expresarse, por el valor que le otorgan a la inmediatez y por la genuina habilidad que tienen para vivir interconectados. Pero sin duda alguna, el rasgo latente de todo millennial se hace explícito a través de la frase “me merezco”, la generación “Y” merece lo que tiene y lo que sueña.

Parece ser que sentenciar algo con la frase “Me Merezco” se constituye en una especie de profecía autocumplidora o, tal vez, es la cara visible de una motivación que dada su consistencia conduce a que se hagan los esfuerzos requeridos para alcanzar eso que es objeto de merecimiento.

La Real Academia de la Lengua define merecer como un verbo transitivo que alude a una persona que se hace digna de; el ser acreedor de algo puede estar ligado con el esfuerzo, con el grado de estimación, con los méritos que se hacen para lograrlo o quizá con el valor que cada quien se adjudica a sí mismo.

Tomemos en consideración que merecer algo no es un fin, es un camino que se transita día a día, de este modo, si merecemos el proceso por añadidura seremos dignos del resultado alcanzado. Hay quienes en función de una meta llevan sus vidas con resignación y con un cierto tinte de amargura, de manera que cuando logran lo que se ‘propusieron con obstinación’, se encuentran exhaustos, se perciben ajenos al punto de desconocer aquello que los condujo a estar allí: se olvidaron de merecer y en su lugar se impusieron cumplir una condena.

La invitación es a que cada mañana empecemos la jornada con gratitud y acompañada de la frase “me merezco”: Me Merezco sonreír, tomármelo con calma, disfrutar de la mejor compañía, lucir espectacular, soñar, hacer lo que me gusta, aprender algo nuevo. Me Merezco gozar de la sensación de orgullo, aceptar una equivocación y, si fuera el caso, Me Merezco volver a empezar.

Photo by: Cami Cruz