«…ese amable y seductor je ne sais quoi que, como han dicho algunos filósofos de forma harto ininteligible del alma, lo es todo en todo y en cada una de sus partes; y que expandiría su influjo sobre cada una de las palabras y acciones» Carta CCXXIII – Lord Chersterfield (1751)

El post de hoy está dedicado a ese je ne sais quoi (en español: ‘no se que’), propio de las personas cuyo genuino encanto irradia luz, genera eco y deja huella alimentando imborrables memorias. Seguramente todos hemos tenido la oportunidad de compartir con más de una persona con estas particularidades y después de analizar e intentar explicar qué es eso que tiene esa persona que la hace excepcional llegamos a la misma conclusión: tiene un ‘no se que’

Así que en un intento por desenmarañar ese ‘je ne sais quoi’ voy  a describir 5 características  que he  observado en las  personas que gozan de ese atributo un tanto misterioso que las hace lucir inigualablemente auténticas:

1. LA OBVIEDAD NO ES UN RECURSO, es decir, entre sus tácticas sociales no recurren a elementos previsibles, por ello tienen la capacidad no sólo de sorprender, también, de acaparar la atención de forma mesurada.
2. MENOS ES MÁS, es una consigna en favor de la coherencia, es decir, nace de su personalidad, pasa por su discurso y concluye en su estilo personal.
3. LA ESCUCHA ACTIVA,  a través de ella logran generar empatía hacia su interlocutor, saben hacer uso del silencio y su actitud genera un clima que sensibiliza y facilita la interacción.
4. LA SONRISA es esa expresión justa, de diferentes matices acordes con las circunstancias, por medio de ella expresan afabilidad, comprensión y gratitud.
5. EL AROMA, aunque, parezca un distintivo extraño con relación a los otros cuatro, las personas que sobresalen por ese ‘je ne sais quoi’ suelen darle un color especial a las fragancias que utilizan, proyectando de esta manera un olor único, que genera recordación.

Definitivamente ese ‘je ne sais quoi’ es algo más que la suma de esos 5 ítems, sin duda, cada quien le aporta su esencia, su toque mágico y secreto derivado de su cultura, de sus experiencias y de su herencia.

La invitación está encaminada en dos direcciones: por un lado, a que observen con un trisito de atención a las personas que gozan de ese ‘je ne sais quoi’ seguro coincidirán conmigo en que comparten las características mencionadas. Por otro lado, intentemos reforzar en nosotros por lo menos una de esas características, aquella que nos surja de manera más natural, por ahí y no lleguemos a desarrollar ese ‘je ne sais quoi’, pero seguramente estaremos haciendo algo amoroso en pro de nuestro ser.